El África subsahariana es una de las regiones del mundo que más está sufriendo los efectos del innegable cambio climático y, paradójicamente, solamente es responsable del 4% del total de las emisiones de gas invernadero. Injusto, ¿no es cierto?
En el Sahel, que incluye el norte de Senegal, lo saben muy bien, ya que es allí precisamente donde están llevándose a cabo varias iniciativas para paliar los efectos que el cambio climático tiene sobre los derechos humanos de las mujeres y los hombres que allí viven.
Un estudio de Solidaridad Internacional desarrollado en el Departamento de Kébémer, al norte de Senegal, ha puesto sobre la mesa varias conclusiones, y la más llamativa es que las mujeres y las niñas del medio rural (con bajas tasas de escolarización) son las más afectadas por el cambio climático.
Es fácil explicar el porqué si atendemos a cuestiones como que son las ellas las encargadas del hogar, del cuidado de los hijos, de la recolección de leña, de agua, y además, del trabajo agrícola en un medio rural como en el que viven. Y el cambio climático cada vez les está poniendo más difícil estas tareas... La falta de lluvias y el aumento de las temperaturas derivan en malas cosechas, en desertificación de la tierra, en falta de alimentos, tanto para las personas, como para los animales que sirven de sustento en una economía prácticamente de subsistencia.
Son condiciones de vida muy extremas y directamente relacionadas con la brecha de igualdad de género, ya que las mujeres y niñas son las que tienen que dedicar más tiempo y esfuerzo a sus labores cotidianas y a la obtención de recursos naturales y económicos para el núcleo familiar.
Las mujeres de Kébémer son plenamente conscientes de los efectos del cambio climático sobre el medioambiente y sus vidas, así como de la importancia de acometer con urgencia medidas de mitigación y adaptación.
Y por eso han puesto en marcha iniciativas agrícolas y ganaderas más resilientes, produciendo biopesticidas, diversificando la producción hortícola para la búsqueda de nuevos mercados o utilizando sub-productos agrícolas y forestales. Todo ello en el marco de una importante toma de conciencia de cuáles son sus derechos humanos como mujeres y que ha pasado a su vez por su alfabetización, gracias a lo que gestionan sus propias explotaciones ganaderas, agrícolas y se mantienen informadas.
Y sobre estos pilares las mujeres que han participado en el estudio han alcanzado grandes logros que les están empoderando y mejorando sus condiciones de vida. Han conseguido poner en marcha 6 hectáreas de huerto con sistemas de regadío que les ha proporcionado excedentes de producción. Y de este modo, han pasado de una producción de autoconsumo sujeta a cualquier imprevisto de las temporadas de lluvia, a una de mercado, que les permite contar con producto para vender, para alimentar a los animales... en definitiva poner la mirada en el futuro con ilusión y capacidad de adaptación.
Estas acciones han proporcionado a las mujeres de Kébémer una clara mejora de sus condiciones de vida facilitándoles el trabajo diario y dándoles herramientas y conocimiento para planificar y adaptarse a la realidad climática que les está tocando vivir. Son mujeres que están cambiando su historia.
*La investigación “Impacto del cambio climático sobre la equidad de género en el Departamento de Kébémer, Senegal” ha sido desarrollada por Solidaridad Internacional en colaboración con FADEC-Nord, la Asociación de Juristas Senegalesas y la Red de Mujeres Activistas de Kébémer, gracias al apoyo de la Agencia Vasca de Cooperación para el Desarrollo y a la Diputación Foral de Bizkaia.